"Fin-de-año" - Collage de papel y hoja sobre papel

"Fin-de-año" forma parte de la serie de los Microcollages

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"Fin-de-año" - Collage de papel y hoja sobre papel

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{Los meses del año entero}


Y es que si Enero, dicen, es el mes de la semilla y el sembrado, será por eso que nos llenamos de semillas los puños. Y las desparramamos, nos subimos a la cabra y adelante. Cabezas duras llenas de tierra, conocer los límites de los campos. Allí delante está el calor, vamos hacia aquel horizonte.

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En Febrero tiramos algunas semillas más; tomamos algo de sol. Sonreímos para aquel que nos trae el agua. Sonreímos a la chica del líquido sagrado. Juntamos las palmas:

-“Habrá de ser, habrá de ser”-

El horizonte, allí sigue. Nos abrimos a él.

Y, ¡vaya jolgorio de los peces!, nadamos en aguas profundas. Disfrute y explosión. Un placer que casi nos ahorca. Emergemos a la superficie: este aire, sí, presagia buenos vientos.

Honda la carne nuestra, rica y espesa; la carne que puede abrirse. Es el fin de la fiesta. El jolgorio desmedido y el aura cósmica. La transpiración que puede volverse lodo. La urgencia del recomienzo, sin la necesidad de la muerte.

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Marzo es el año descogotado. Es la grilla en la pared.
Es el ansia y la oportunidad. Es la guerra contra el pasado.
Marzo es el mes en el que sistema se levanta los pantalones. Se ajusta el cinturón. Es la batalla que comienza, aquella lucha contra lo que venimos siendo.

(Y, no tengo apuro en esperarte.
¡Vaya desobediencia!)

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Abril, un bello Abril.
El calor que se despide.
Y, las lluvias. Todas ellas.
Acostumbrarse, nuevamente, a cerrar las ventanas.
Y, a extrañarte si no estás.

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Mayo es el toro. Es la fuerza del año en su expresión
Absoluta.
Y, las estufas. Frotarse las manos y bufandas.
Extrañar el vernos los cuerpos.
¡Quería tanto a mis semillas!

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La llegada de Junio es como la de una princesa sobre un corcel plateado.
Ella es bella e imponente. Es ella la mitad del año que se nos muestra.
Por momentos podemos tocarla, pero ella está lejos aún de nosotros.
Tenemos que aprender a acercarnos, sin hacer tanto ruido.
Ella tiene un hermano gemelo que nos observa por detrás de las patas del caballo.
No sabemos qué hacer con él.

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Julio es el equilibrio del cangrejo. Es el abrazo cálido de quien nos ha dado la vida.
Es la casa y la tribu que nos arropa, el techo que nos cubre del agua.
¡Tanta es el agua! El harén de las pieles.

Es Julio, el letargo en las sábanas y los desayunos en apuros.
Es la duda, frente al nuevo solsticio. Y, tengo aquí mis semillas, las que me restan, las que doy a la tierra. Froto mis manos para dar-me-calor. Trabajar para lo que aún no podemos ver.
-(¡Será éste mi tiempo, lo sé!)-
Se está tan bien con vos, y tu falta me da frío.
¡Tanto frío!

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Agosto es el primer paso luego de la mitad del camino.
Indicios húmedos de una primavera que muestra, de a ratos, la nariz.
Es la leona lamiendo sus patas bajo el sol de las tres de la tarde.
Ella es el centro. Ella es.
Lo sabe.
Agosto es la apuesta que crece con cada mañana.

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Septiembre es la sorpresa del tiempo. La lluvia imprevista.
El sol que salva, la flor que despierta.
Es la apuesta por amor, que renueva mi mañana.
Es la virginidad del momento posible.
El arrebato del impulso,
frente a la mente del control.

-¡Decidí! – nos dice.

Y, yo pongo mi corazón ahí, mi ficha más valiosa.
¡Todxs florecemos, todxs somos flor!
Yo, en eso, creo.
Sí. Hoy creo en eso.

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Octubre es el trampolín.
Es la balanza que su equilibrio mantiene, hasta que la mano lo diluye.
Es el salto a uno mismo, o hacia la espalda del mundo.
Tus sueños o los de ellos.

-¡Decidí! –nos dice.
Decidí.

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En Noviembre podés encontrarte frente a la muerte de aquello que ya más no está.
De aquello que insistíamos en querer mantener, pero no podía sostenerse.
Noviembre es la cola del escorpión, que inocula, despide,
a lo que ya ha sacado boleto a otro tren.

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Luego de la noche, el centauro se acerca por el horizonte. Trae al sol en su espalda.
Estira su arco y apunta a los miedos. Aleja nuestros fantasmas.
Es el calor de lo nuevo. Es el verde de la tierra.

Diciembre es el camino por nuestro detrás y es el paso por delante. Es la huella de los pájaros y el canto de los insectos. Abrazarnos y querer vernos una
y otra,
y otra,
vez.

Y, si seguimos siendo, disfrutemos. Y, si ya no somos, está bien.

Diciembre es el cielo límpido y los cuerpos sin tensiones; el eje de las fiestas paganas y de las otras.
Ser sincero con nosotros mismos, al menos desde ahora.

Y seguir adelante, así.
Hasta que no haya más mundo.
Hasta que todo sea mundo.
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