Delia Cancela - El arte y lo político y la libertad

-Como parte de la llamada “Generación Di Tella”, ¿qué recuerdos tenes de aquellos años?
El Di Tella es parte de nuestra historia, de nuestro arte. Ese momento fue difícil, personalmente difícil, pero no puedo negar el Di Tella, al contrario. Las generaciones jóvenes cada vez lo estudian más y las comunicaciones permiten que se conozca tanto lo que fue el Instituto como lo que fueron y son nuestros trabajos. En el Di Tella teníamos libertad para hacer; estábamos seguros que íbamos a cambiar el mundo; algo que pasaba en esa época. Me pregunto si esta no es una época más triste, porque no sé si hay mucha gente que cree que puede cambiar el mundo. Hay tanta confusión...

-¿En qué confusión piensa, puntualmente?
Por ejemplo, para mí, es muy importante todo lo que está pasando con el cambio climático y la ecología; cuestiones importantes que no se toman en serio. También me preocupa mucho que la Argentina no tenga ningún control en lo que hace al uso de pesticidas. Es el tercer país, después de Estados Unidos y Brasil, en estar violando derechos humanos. De alguna manera perdimos la espiritualidad, pero no me refiero a espiritualidad en relación a la religión. Por eso no advertimos que tanto el cambio climático como el modo en que nos alimentamos son un problema. Como dice el filósofo y ecologista español Jorge Riechmann, “El cambio climático es el síntoma pero la enfermedad es el capitalismo”
(...)

-¿Se puede explicar el arte? ¿Tiene una función social?
No, el arte no se puede explicar, y sí, tiene una función social importantísima. El arte es político, aunque el artista no pretenda hacer política. El arte abre cabezas, enseña, el arte se disfruta, el arte da placer. El arte hace tomar conciencia al espectador. Hay algo que sucede cuando la persona está frente a la obra, cuando entra en la obra, cuando se la lleva puesta.

Aquí, la nota entera,  / fuente, Página12

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