Qué es un rostro, sino
un portal.
Qué significa el morderse los labios o esconder la lengua.
.
Si nos miráramos a los ojos, tan sólo una vez, quizás nos entenderíamos, dejando atrás todo
palabrerío. Una mirada puede despertar un cuerpo dormido. Una sonrisa puede
abrir un mundo.
Y, si los velos pudieran caerse, arrugarse; si fuera así,
que sería entonces.
.
¡Basamos el contacto en la distancia!
¿Qué nos diremos cuando nos conozcamos en verdad?
¿Podés imaginarlo?
.
Nuestro rostro nos dice cómo han sido nuestros días. Aquello
que nos trajo hasta aquí: una mueca vacía o una sonrisa profunda. Una frente
golpeada o pómulos cansados. No podemos mentirnos, no a nosotros.
.
Admitámoslo. Los espejos engañan. Aceptamos la
adulteración inevitable en nuestro desmayo preciso de todas las mañanas. La
imagen del espejo es sólo una aproximación que damos por cierta: como los mapas
y la tierra, como los pronósticos televisivos y el cielo celeste; es una relación
un poco dudosa.
.
Hay prácticas que proponen este juego: dejar de vernos al
espejo, al menos un par de días. Hacer descansar a nuestro ego.
Despertar del sueño y recordarnos cómo éramos, cómo somos
ahora mismo. Quizás, eso que ayer fuimos, no está más. Quizás podemos olvidar
lo recordado y hacer un espacio nuevo.
Observar el punto infinito del iris y sonreír, frente al día que amanece siempre allí.
.Panorámica de la sala |
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